LA MARIA JOSÉ:
Un día aparece en el centro una chica que viene de Barcelona. Es entrenadora de gimnasia artística de élite y ha venido a vivir a Sentmenat.
Creo firmemente que la vida te trae las cosas que necesitas. Hay que estar atentos. Son cosas que pueden pasar desapercibidas. En muchas ocasiones es una persona que se cruza en tu camino.
El secreto está en reconocer y dar entrada a lo que te llega. Ella ha sido una de esas personas.
Había sido entrenadora en equipos olímpicos.
Alta formación, mucha experiencia y mucha vocación y la tenía delante de mí ofreciendo su colaboración.
Era pequeña, bonita, valiente y atrevida. Aún lo es. Entendí que era un camino a seguir.
Tremendamente honesta, sobre todo implicada en lo que más importa, la amistad y la estima. Ha sido un punto clave, una fortaleza impagable, en los momentos más duros que estaban por venir. Siempre a mi lado, a las verdes y maduras. Incondicional amiga, siempre cómplice, siempre ahí.
Entrenando a personitas, ayudando en la organización o abrigando un corazón dañado cuando tengo que encarar un revés difícil de gestionar por lo que implica sobre todo de emocional. El momento en el que mi proyecto de Club de gimnasia se desintegra.
Aunque vuelvo a empezar de cero y lo consigo, he de reconocer que por la forma, por las personas, por lo inesperado, por tantas cosas es, de largo, la batalla laboral / emocional más dura hasta ahora superada.
No puedo sino agradecer tantísima compañía, soporte y trabajo.
No puedo sino agradecer que todavía hoy sea mi espacio de fortaleza y el hombro al que me apoyo infinitas veces.
Mi amiga.
Pero no ha estado ella sola. Tantas personas, muchas para siempre.
Laia Casoliva, mi familia y pieza imprescindible, Olga Palomero , Núria Bigas, niñas de la cantera, muy queridas y que ya ejercen de entrenadoras y ella están presentes en todo el proceso de remontada y cogen el relevo del club cuando me resulta imposible continuar sin perjudicar.
Ellas son, con Núria Bigas al frente, las que, hasta la fecha, han procurado la supervivencia y calidad, con paciencia y buen trabajo, de la gimnasia artística en Sentmenat.
Tocó pasar a retaguardia y, a pesar de la nostalgia por el camino recorrido, hay que avanzar.
Una vez entiendo al club en las mejores manos, toca pasar página.
Pero una mente que proyecta en una dirección, que cree en las propias posibilidades, que siente que puede ser útil y seguir ofreciendo a Sentmenat proyectos que aporten, pronto encuentra un camino a seguir.
LA CARMETA:
Y un dia aparece en el centro Carmeta, otra de esas personas que la vida pone en el camino. Profesora de danza, psicopedagoga, educadora social y con un "ángel" que se percibe al instante.
Carmeta!! ¿Quieres hacer danza en mi centro? Y ésta, amigos, es otra bonita historia que sin duda un día les contaré